Antoni Gaudi es un ejemplo claro de un arquitecto que supo interpretar la esencia del lugar, de entender su ciudad y la identidad de su gente. Gaudí era de naturaleza enfermiza, y padeció reumatismo desde niño, lo que hizo que fuera reservado en su vida. Gaudí suele ser considerado el gran maestro del modernismo catalán, pero su obra va más allá de cualquier estilo. Es una obra personal e imaginativa que encuentra su principal inspiración en la naturaleza. Gaudí estudió con profundidad las formas orgánicas y geométricas de la naturaleza, buscando un lenguaje para poder plasmar esas formas en la arquitectura. Este estudio de la naturaleza se traduce en el empleo de formas geométricas regladas como son el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide, que reflejan exactamente las formas que Gaudí encuentra en la naturaleza.
Una de las obras que me llamó mas la atención fue La Sagrada Familia, el estilo del templo está basado en lo gótico, a partir del desarrollo de estructuras geométricas regladas y de la aplicación muy ingeniosa de elementos decorativos. Hasta ahora ningún arquitecto ha llegado a realizar obras tan sorprendetes como las de Gaudi. Esta obra hasta el día de hoy permanece inconclusa según el propio Gaudí, tomaría más de 70 años en terminarla. La obra contiene campanarios, torres y detalles, un juego de luminosidad en el interior.
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